No hay censos oficiales sobre el número de creyentes musulmanes en España y, menos aún, de los españoles que profesan el islam. Pero este último grupo, el de los nuevos musulmanes, representan eso que ya se conoce y se reivindica a sí mismo como el islam español.
La cifra de conversos se acerca a los 200.000. Provienen de otras confesiones o del ateísmo, presumen de un practicar un islam libre de injerencias extranjeras. No hablan el árabe, no comen cuscús ni visten chilaba.
Según las estadísticas de UCIDE, más de la mitad de los musulmanes que vive en territorio español son extranjeros (sobre todo marroquíes, pakistaníes y senegaleses...). El resto son, sobre todo, españoles que adquirieron la nacionalidad; pero también un importante grupo lo conforman españoles de origen o descendientes de estos.
Hoy, según los recuentos más fiables, hay unos 1.700 edificios, locales o antiguos garajes diseminados por toda España que se emplean como lugar de culto islámico concentrando a los musulmanes de su periferia cinco veces al día. Sólo una veintena de estos espacios de culto son templos al uso con alminares y madrasas, según el Confidencial digital.