Muchos padres piden a sus niños hacer la mitad del ayuno: puede ser hasta el mediodía o desde la tarde a la puesta del sol. Recomiendan lo mejor es esta segunda opción pues así, los niños pueden hacer el corte de ayuno –iftar- con el resto de la familia y participar así de ese momento social en grupo.
La primera vez, aconsejan, el niño puede ayunar de comidas pero seguir bebiendo agua. Así hasta lograr que se acostumbre y en próximos años llevar adelante el ayuno completo.
Es importante explicarle la importancia del ayuno en la limpieza de toxinas dentro del cuerpo. No obligarlo a ayunar. Y remplazar las golosinas o galletitas por frutas. La nutrición es un elemento clave y hay que reforzar la comida de la mañana antes del ayuno y darles de beber mucha agua para que tengan las energías necesarias a lo largo del día. Y cuidarlo de realizar ejercicios físicos en horario de la tarde, para no cansarlo innecesariamente.
Recomiendan acostumbrar a los niños a ayunar un determinado número de horas, así con metas pequeñas, puede alcanzar en el futuro y paulatinamente el ayuno completo. Y disfrutar del bendito mes de Ramadán en su totalidad, con sus beneficios, su limpieza y su alimento insustituible para el espíritu.