Por Daniela Azul Martínez
Frente a la desequilibrada cobertura periodística del conflicto por la ocupación israelí en territorio palestino, AIN dialogó con la presidenta del Instituto Islam para la Paz en Argentina. Feminismo, intervenciones para concientizar sobre la discriminación y la búsqueda de articulaciones interculturales e interreligiosas para desmontar prejuicios políticos que alimentan la guerra.
Melody Amal Khalil Kabalan es presidenta del Instituto Islam para la Paz en Argentina y fundadora de AFIFA ORG, una organización donde difunden historias y actividades de mujeres de Medio Oriente. Desde allí, tratan de contar el islam por argentinos que lo profesan. “En el instituto tenemos una Secretaria de Género que es muy importante para una institución islámica” explica.
Al momento de publicar esta nota, el Ministerio de Salud palestino informaba que en la franja de Gaza ya son casi 14 mil los heridos palestinos y 4385 asesinados, de los cuales el 40% son niños y niñas y el 25 % mujeres. Además, hay reportados más de 720 niños y niñas desaparecidas bajo los escombros.
Melody Amal Khalil Kabalan está especializada en relaciones internacionales y resolución de conflictos en materia religiosa y se dedica al estudio de los derechos y obligaciones de las mujeres musulmanas en Argentina y en Medio Oriente. Miembro del comité para equidad de género en RFP y Asesora del Comité para Zimbabue " El perdón en las raíces de la fé". “Cuando digo obligaciones me estoy refiriendo al lugar de liderazgo que deberían tener las mujeres musulmanas en las instituciones islámicas. Otro estandarte del Instituto es el diálogo interreligioso, que en estos momentos es una de las cosas más importantes que nos construye como sociedad”, remarca.
-¿Pensás que existe una mirada feminista de Occidente que no aplica con la mujer de Oriente?
Teniendo la cantidad de feminicidios que tenemos en nuestro país, y una brecha salarial de género, con mucha facilidad en Occidente, y me incluyo, creemos que tenemos la solución para el mundo árabe musulmán. Esto pasa en todo el mundo, estamos viviendo el fruto de la lucha del feminismo y creemos que tenemos la respuesta y la solución para otros países, que tienen una cultura totalmente diferente. La activista marroquí Asma Lamrabet, a quien admiro muchísimo, una vez dijo algo que de alguna forma lo sentía pero no sabía como expresarlo: "Las mujeres musulmanas tenemos derecho a vivir nuestra propia manera de feminismo". No puede haber un feminismo único. Eso también tiene que ver con la colonización, para la cual existe un solo modelo de feminismo.
-¿Son modelos que no se pueden aplicar?
No hay mala intención, pero el dedo acusador está en la religión. Cuando un suceso en el que se le quita un derecho a una mujer musulmana está propagado por un musulmán, enseguida sale en todo los medios, como lo que está sucediendo en Irán y en Afganistán. Los medios de comunicación están cubriendo esa injusticia, y hay que hacerlo. Pero qué pasa cuando es un no-musulman el que le está quitando el derecho a una mujer musulmana. Las mujeres musulmanas que en Argentina deciden usar el hiyab (velo) pueden tomarse la foto de su DNI, pasaporte y registro para conducir con el velo. La ley las ampara, y eso existe en muy pocos lugares del mundo.
Según el Boletín Oficial publicado bajo la Resolución 169/2011 del Ministerio del Interior, las mujeres que profesan la religión islámica y usan velo para cubrir sus cabellos podrán fotografiarse así para tramitar el nuevo DNI argentino. “Hay países del primer mundo donde la mujer musulmana tiene que decidir si deja a su hijo en la puerta del colegio o se quita el velo porque eso representa una amenaza”, acota Melody.
-¿Cuál es la amenaza?
La amenaza es la vestimenta que decide usar la mujer. Siempre los cuerpos están señalados. Si lo ponemos en contexto de lo que está sucediendo ahora en Gaza, ¿dónde estamos las feministas hablando sobre la situación de todas las mujeres que están por dar a luz en Palestina? ¿Estamos hablando de ese derecho que no están teniendo?
-¿Cómo vivís el conflicto en Gaza?
Es constantemente seguir noticias. Soy activista del camino del diálogo interreligioso e intercultural. Me pasan muchas cosas. Primero, la preocupación sobre lo que el pueblo palestino y en este caso en particular los ciudadanos de Gaza están padeciendo en la carcel a cielo abierto más grande del mundo y donde sus derechos básicos tanto para hombres , mujeres, la tercera edad, infancia y adolescentes es decir la sociedad civil son cada vez más acotados.
También me preocupa en saber que todos los trabajos que se están haciendo para una paz duradera tienen un retroceso ante esto. Están aumentando los mensajes de odio en todo el mundo hacia los musulmanes.
Siempre voy a estar del lado de repudiar y condenar todo ataque y a su vez nos encontramos en la constante responsabilidad de explicar que el Islam no invita a la violencia, sino que llama a la paz. El Islam revelado por Allah al profeta Muhammad (P y B) a través del arcángel Gabriel es un modo de vida para la humanidad toda donde el consenso prevalece para que ni la guerra ni los ataques sean una solución cuando la sociedad civil está involucrada sin pedirlo.
-Y con respecto a las coberturas mediáticas, ¿notás que se expone la crueldad de los cuerpos más que en otras coberturas de guerra?
Eso es constante. Esa manera de probar que hay una guerra mostrando cuerpos es muy fuerte. En lo personal no me hace bien, tampoco hay que mirar para otro lado. Hay mucho juego con las imágenes y empezó una ola de islamofobia en todo el mundo alrededor de las mujeres. Camino por la calle y quien no me conoce no sabe qué religión profeso, pero hay muchas mujeres musulmanas argentinas que tienen temor de subirse al transporte público, temor de ir a lugares donde hay mucha gente porque ven que las miradas son diferentes. Otra vez las mujeres estamos pagando lo que los hombres están planeando.
-Luis Novaresio y Débora Plager en el canal La Nación+ acusaron a la periodista de Internacionales Melisa Trad, quien había estado en Gaza, de intentar encubrir "una dictadura".
Lo que pasó fue terrible, no la dejaron hablar. Eso fue muy adrede y es una forma de cansar a las personas responsables que queremos comunicar otra historia y otra realidad de lo mismo que estamos viendo. Melisa Trad estaba cubriendo desde Palestina, justamente al lugar que pocos periodistas argentinos deciden ir. Hay una manera constante de censurar la voz de quienes están siendo hoy oprimidos como lo es el pueblo palestino.
-¿Creés que está en relación con la islamofobia?
De cierta forma es parte de eso. Tiene que ver con una censura al Islam. Es agrupar bajo la idea de que todos los árabes y musulmanes son lo mismo y siempre estamos explicando que no es así. El mundo árabe engloba y abraza un montón de religiones y credos, y tiene que ver con un idioma y una cultura en común. El islam se encuentra en todas partes del mundo y es tan musulmán un musulmán de Arabia Saudita como un musulmán de Argentina.
-¿De qué forma debería cubrirse Gaza?
Los medios de comunicación argentinos, en su mayoría, no comunican ni dan lugar a personas desde Gaza, hay periodistas y corresponsales que están informando. No estamos viendo eso en los medios. El espacio que se les da a los expertos en el tema muchas veces es acotado.
La participación de las mujeres en la resolución de conflictos también se invisibilisa. Hace años que existe el Women Of the Sun, una fundación de Mujeres Palestinas que incluye diversos sectores dentro y fuera de la sociedad palestina y trabaja para rehabilitar a las mujeres en cuanto a responsabilidades, liderazgo y deberes dentro de la sociedad. Como así también el constante reclamo en que las mujeres ocupen el lugar de toma de decisiones hacia la paz, ya que ellas son parte activa de estos tratados pero no tienen la misma cobertura mediática o no se les da el espacio.
La principal problematica para ellas es vivir bajo la ocupación militar israeli, entiendose mujers palestinas musulmanas y cristianas.