Se ha considerado tanto un acto de culto como un método de tratamiento. Médicos de renombre como Hipócrates, Pitágoras e Ibn Sina (Avicena) curaban algunas enfermedades mediante el ayuno.
En las últimas décadas se han realizado una gran cantidad de estudios científicos sobre los efectos del ayuno en el cuerpo humano. El sitio web estadounidense Healthline ha publicado algunos de los beneficios del ayuno comprobados científicamente.
Según estudios, ayunar desde el amanecer hasta el atardecer durante treinta días reduce la resistencia a la insulina y mejora el control del azúcar en sangre. De hecho, con el ayuno, la sensibilidad a la insulina mejora y los niveles de insulina bajan drásticamente. Los niveles más bajos de insulina ayudan a que la glucosa pase de la sangre a las células del cuerpo, lo que reducirá los niveles de azúcar en la sangre y prevenirá la diabetes.
El ayuno también conduce a reducciones en los marcadores de inflamación, un factor clave de muchas enfermedades crónicas.
Otro estudio de 110 adultos obesos les hizo practicar el ayuno durante cuatro semanas bajo la supervisión de médicos. Los resultados fueron una presión arterial significativamente más baja, así como el colesterol y los triglicéridos. Esto mejora la salud del corazón y reduce el riesgo de accidente cerebrovascular y ataque cardíaco.
Al reducir la ingesta de calorías y aumentar el metabolismo, el ayuno ayuda a las personas a perder peso. Todo tipo de dietas intentan ayudarte a perder peso controlando tu ingesta calórica, mientras que esto se puede lograr fácilmente mediante el ayuno.
Otros estudios realizados en personas que ayunan demostraron que los niveles de hormona de crecimiento humano (HGH) aumentan con el ayuno. Esto tiene beneficios para la pérdida de grasa y el aumento de masa muscular, por nombrar algunos.
Además, los estudios en ratones revelan que los ratones que ayunaron eran menos frágiles, tenían mejores memorias y vivieron más que los ratones que no ayunaron.
También es probable que el ayuno ayude a prevenir el cáncer y contribuya a los efectos de la quimioterapia, según Iqna.
Además de su contribución a la salud física, el ayuno tiene muchos beneficios mentales, como ayudar a reducir el estrés y mejorar la resiliencia ante tensiones y situaciones tensas de la vida.