Marcus Edwards, de 44 años, se grabó colocando trozos de tocino en una mezquita en Gillingham, Kent, y se jactó en línea de que el sistema de justicia no lo haría responsable.

Durante su comparecencia inicial ante el Tribunal de Magistrados de Medway, se informó a Edwards que sus acciones eran comparables a los disturbios civiles actuales y eran muy angustiosas para la comunidad musulmana. El 15 de agosto, se declaró culpable de daño criminal con agravantes raciales/religiosos y daño criminal.

En su publicación en línea, Edwards también afirmó que su caso no sería remitido al Tribunal de la Corona y que "destrozaría una mezquita todos los días". Sin embargo, el caso fue remitido al Tribunal de la Corona de Maidstone para su sentencia el 16 de agosto, donde Edwards recibió una sentencia de seis meses de prisión.

La Fiscalía de la Corona (CPS) solicitó con éxito una sentencia mejorada debido al elemento de crimen de odio en las acciones de Edwards. Sin este factor agravante, no habría recibido una pena privativa de libertad inmediata, informó Kent Live el lunes. 

El fiscal jefe de la Corona, Kris Venkatasami, de CPS South East, comentó: "Este fue un ataque abominable contra una mezquita y excepcionalmente angustioso para nuestra comunidad musulmana local en un momento en el que ya se sienten vulnerables debido a los acontecimientos recientes en otras partes del país.

“Edwards pensó con arrogancia que escaparía de la justicia y burlonamente sugirió que 'se saldría con la suya' atacando un lugar de culto. En cinco días, fue identificado, condenado y enfrentado todo el peso de la ley”, añadió.