Bombardeos israelíes mataron a 558 libaneses, incluyendo 60 niños y 94 mujeres, ayer el lunes en el día más mortífero para el Líbano desde la guerra de 2006 entre Israel y Hezbollah.
Miles de libaneses huyeron del sur, y la carretera principal que sale desde el puerto sureño de Sidón estaba atestada de carros con rumbo a Beirut en el mayor éxodo desde los combates de 2006. 1.835 personas resultaron heridas en los ataques, indicó el Ministerio de Salud libanés, una cifra dolorosa para un país que apenas se recupera de una operación la semana pasada en que cientos de aparatos electrónicos estallaron.
El ministro de Salud libanés, Firass Abiad, dijo en conferencia de prensa en Beirut que los ataques aéreos previos alcanzaron a hospitales, centros médicos y ambulancias. El gobierno ordenó el cierre de escuelas y universidades en la mayor parte del país y empezó a preparar albergues para las personas desplazadas del sur.