La victoria del Partido de la Libertad (FPÖ), de extrema derecha, en las elecciones generales de Austria del 29 de septiembre ha hecho que algunos musulmanes austriacos teman ser deportados, advirtieron líderes comunitarios.

El FPÖ obtuvo el 29% de los votos nacionales con una plataforma ultranacionalista de políticas que incluían la “remigración” de ciudadanos con herencia migrante y la promesa de prohibir lo que el partido llama “Islam político”, que el líder del partido, Herbert Kickl, ha descrito como un “veneno para la sociedad”.

"Realmente no se puede dejar de enfatizar las ansiedades que muchos musulmanes aquí están experimentando", dijo Nadim Mazarweh, jefe de prevención del extremismo en la Comunidad de Fe Islámica en Austria (IGGÖ), una organización que defiende a los diferentes grupos musulmanes de Austria. “Veo que los estudiantes hacen preguntas a sus maestros como ‘¿seremos deportados después de las elecciones?'” 

El sistema electoral austriaco requiere el 50% de los votos para formar gobierno, y ningún otro partido ha expresado hasta ahora su voluntad de colaborar con el FPÖ. El Partido Popular (ÖVP), de centroderecha, que quedó en segundo lugar con el 26,5% de los votos y encabezó un gobierno de coalición que incluía al FPÖ de 2017 a 2019, ha dicho que no formará otra administración con ellos.

"Está claro que el ÖVP va a ser el que haga el poder", dijo Reinhard Heinisch, profesor de política austriaca comparada en la Universidad de Salzburgo. Explicó que el ÖVP se opone a formar gobierno con Kickl, que ha sido descrito por el líder del partido, Karl Nehammer, como un radical y un teórico de la conspiración, como canciller. “En la coalición anterior, el ÖVP era canciller, así que la pregunta para ellos ahora es: ¿quieren ser un socio menor en una coalición liderada por una persona radical de la que han dicho públicamente, muchas veces, que no se debe confiar? "

El viernes, Kickl se reunió con el presidente austriaco, Alexander Van der Bellen, quien previamente había insinuado que no permitiría que Kickl dirigiera un gobierno. Kickl emitió un comunicado poco después de la reunión advirtiendo que sería una “bofetada” si no se le permitiera convertirse en canciller, diciendo que cualquier gobierno sin él sería “una coalición de perdedores”.

La política de remigración del FPÖ, en la que sugiere que los austriacos con herencia migrante que “se nieguen a integrarse” serán enviados de regreso a los países de origen de sus familias, está tomada del Movimiento Identitario etnonacionalista, cofundado por el austriaco Martin Sellner. 

Sellner, vinculado con el tirador que mató a 51 personas en ataques terroristas en dos mezquitas en Christchurch, Nueva Zelanda, está prohibido en el Reino Unido, Alemania y Estados Unidos como posible amenaza terrorista. Kickl ha descrito el Movimiento Identitario como una ONG que "merece la pena apoyar".