Desde el 27 de octubre de 2024, lluvias torrenciales han provocado graves inundaciones en varias regiones de Arabia Saudita, afectando gravemente a La Meca. Las calles de la ciudad santa, incluida la zona alrededor de la Gran Mezquita, están sumergidas, provocando grandes trastornos a los residentes y peregrinos.
Las autoridades locales y la defensa civil saudita se movilizan para gestionar la crisis, pidiendo a la población que se quede en casa y evite las zonas inundadas.
Otras regiones como Hail, Qassim, Asir y Jizan esperan más lluvias hasta el 3 de noviembre, lo que aumenta el riesgo de inundaciones. Este fenómeno climático extremo está poniendo a prueba varias ciudades del país, transformando carreteras y barrios en auténticos ríos.
Estos fenómenos meteorológicos excepcionales ponen de relieve la magnitud de los desafíos que plantea el cambio climático, con fenómenos cada vez más intensos y frecuentes, lo que anima al país a reforzar sus infraestructuras para afrontarlo mejor.