Este sorprendente descubrimiento ocurrió en la provincia de Ordu, al noreste de Turquía, cuando Aydn Bal, un maestro de literatura realizaba su rutina diaria.
Durante su paseo por la Mezquita Central Laleli, Bal notó una piedra que le pareció extraña. Se acercó y observó que tenía grabados que no se parecían a nada que hubiera visto antes.
Al principio, pensó que era solo una piedra común, pero decidió llamar a historiadores y expertos locales para investigar más a fondo.
Los expertos confirmaron que la “simple piedra” que Aydn había encontrado no era más que una Reliquia romana de 1800 años.
Se trataba de un “milliarium”, un tipo de marcador de ruta utilizado en el Imperio Romano para orientar a los viajeros sobre las distancias entre ciudades.
Este hallazgo no solo reveló una parte importante de la historia romana, sino que también encaja perfectamente con el dicho popular: “todos los caminos llevan a Roma”.
Aunque la piedra fue encontrada en territorio turco, su origen es indudablemente romano, lo que resalta la vasta influencia que tuvo el Imperio Romano en muchas regiones.
La piedra fue trasladada al Museo de Ordu, donde será objeto de futuras investigaciones. Este tipo de hallazgos ofrece una visión invaluable sobre las prácticas cotidianas, las rutas comerciales y la ingeniería romana, lo que ayuda a los historiadores a comprender mejor cómo funcionaba el Imperio Romano, según informa el sitio, la chispa.mx