Un equipo de arqueólogos de la Universidad Johns Hopkins, liderado por el profesor Glenn Schwartz, ha descubierto en Siria pequeños cilindros de arcilla con inscripciones que parecen ser las más antiguas de escritura alfabética conocidas hasta ahora.
Estas inscripciones, que datan aproximadamente del año 2400 a.C., preceden a otros sistemas alfabéticos por unos 500 años. El hallazgo podría alterar lo que se creía hasta ahora sobre los inicios del alfabeto, su difusión entre las sociedades antiguas, y el papel que pudo haber jugado en el desarrollo de las primeras civilizaciones urbanas.
Según Schwartz, las inscripciones en los cilindros son una muestra temprana de cómo las sociedades antiguas experimentaban con nuevas formas de comunicación. A diferencia de otros sistemas de escritura, el alfabeto simplificaba la escritura, haciéndola accesible a personas más allá de la realeza o de las élites sociales. El alfabeto permitió a la gente común comunicarse, registrar información y expresar ideas de manera accesible, transformando así su forma de pensar y vivir.
Este hallazgo será presentado por Schwartz en la Reunión Anual de la Sociedad Americana de Investigación en el Extranjero (ASOR, por sus siglas en inglés), que se celebra el 21 de noviembre. En esta conferencia, Schwartz planea compartir los detalles de sus investigaciones, así como las posibles implicaciones de este sorprendente descubrimiento para nuestra comprensión de la historia de la escritura.
El sitio donde se encontraron los cilindros de arcilla, Tell Umm-el Marra, se encuentra en el oeste de Siria. Este fue uno de los primeros centros urbanos de tamaño medio de la región, y ha sido objeto de excavación durante 16 años por parte de arqueólogos de la Universidad Johns Hopkins y la Universidad de Ámsterdam. Schwartz y su equipo han trabajado minuciosamente en este sitio, desenterrando tumbas y objetos que datan de la Edad de Bronce Temprana.
Dentro de una de las tumbas mejor conservadas, los investigadores hallaron seis esqueletos junto con una serie de objetos, entre ellos, joyería de oro y plata, utensilios de cocina, una punta de lanza y vasijas de cerámica en perfecto estado. Justo al lado de estas vasijas se encontraron cuatro cilindros de arcilla cocidos a baja temperatura. Lo que hace que estos cilindros sean especialmente intrigantes son las inscripciones que poseen, las cuales parecen ser de naturaleza alfabética. Schwartz especula que estos cilindros perforados pudieron haber estado sujetos a otros objetos con una cuerda, funcionando posiblemente como etiquetas que indicaban el contenido, el origen, o el propietario de las vasijas.
Hasta ahora, los estudiosos del tema consideraban que el alfabeto había sido inventado en Egipto alrededor del 1900 a.C., posiblemente como una derivación simplificada de los complejos sistemas jeroglíficos. Sin embargo, la antigüedad de estos cilindros sugiere que el alfabeto pudo haberse originado en una región completamente diferente y mucho antes de lo pensado. Esto plantea una pregunta fundamental: ¿pudo haber surgido el alfabeto en Siria o en otras áreas del Cercano Oriente, influenciando la cultura de los pueblos vecinos?, informa la Brújula verde, citando a John Hopkins University.