Las criptomonedas son monedas digitales que utilizan criptografía para asegurar transacciones y controlar la creación de nuevas unidades. A diferencia de las monedas tradicionales, operan sin una autoridad central ni intermediario bancario.
Bitcoin, creado en 2009 por un misterioso Satoshi Nakamoto, es la primera y más famosa de estas monedas virtuales. Su funcionamiento se basa en blockchain, una tecnología de contabilidad distribuida que registra todas las transacciones de forma transparente e inmutable. Los nuevos bitcoins se crean mediante un proceso de “minería”: las computadoras resuelven problemas matemáticos complejos y son recompensadas en bitcoins.
Principios de las finanzas islámicas
Las finanzas islámicas se basan en principios estrictos: prohibición de la usura (Riba), reparto de riesgos y beneficios, respaldo de activos reales. "Ambos sistemas comparten una crítica fundamental al sistema bancario tradicional", subraya Saifedean Ammous, renombrado economista.
"Bitcoin no se crea mediante deuda, a diferencia de las monedas convencionales. Este es un punto crucial para el cumplimiento de la Sharia”. Harris Irfan, director general de Cordoba Capital Markets, va más allá: “Después de 60 años de finanzas islámicas modernas, sólo hemos reproducido los mecanismos de las finanzas convencionales. Bitcoin finalmente podría ofrecer una alternativa real”.
Hay muchos puntos de convergencia: transparencia de las transacciones, ausencia de intereses, participación directa de los stakeholders. “Es potencialmente más cercano al espíritu de las finanzas islámicas que nuestro sistema actual”, señala un experto del DIFC. La trazabilidad inherente a blockchain también cumple con los requisitos de transparencia de las finanzas islámicas. Cada transacción es verificable e inmutable, lo que podría facilitar la certificación del cumplimiento de la Sharia.
Áreas de fricción
Sin embargo, persisten obstáculos. Los ulemas más conservadores señalan la excesiva volatilidad de Bitcoin y la falta de valor intrínseco. "Una moneda debe ser estable y estar garantizada por activos tangibles", sostiene un miembro del Consejo de la Sharia de los Emiratos. El aspecto especulativo también plantea interrogantes. El Islam condena Maysir (juegos de azar) y Gharar (incertidumbre excesiva). ¿Pueden ser compatibles con estos principios las variaciones repentinas del precio de Bitcoin?
Otro punto sensible: el impacto ambiental de la minería. Dado que la conservación de recursos (Hifz al-Mal) es un principio islámico fundamental, el considerable consumo de energía de Bitcoin plantea cuestiones éticas.
¿Hacia una síntesis?
Una nueva generación de investigadores del derecho islámico ofrece una lectura más matizada. “Bitcoin podría considerarse un activo digital más que una moneda tradicional”, sugiere un joven teólogo de la Universidad Al-Azhar. También están surgiendo soluciones técnicas. Varias instituciones financieras del Golfo están desarrollando productos compatibles con la Sharia basados en criptomonedas, con mecanismos de estabilización y garantías adicionales.
Perspectivas de futuro
Las finanzas islámicas, que hoy representan más de 2 billones de dólares, se enfrentan a una elección histórica: rechazar esta innovación o adaptarla a sus principios. La cuestión va más allá del marco religioso: se trata de definir un nuevo modelo financiero que combine ética y modernidad. Bitcoin representa hoy más del 40% de la capitalización total del mercado de las criptomonedas, estimada en unos 3 billones de dólares. Su precio ha experimentado un aumento espectacular, pasando de unos pocos centavos en 2009 a más de 100.000 dólares en 2024, lo que ilustra tanto su potencial como su volatilidad. Esta convergencia entre la tecnología moderna y los principios financieros islámicos bien podría delinear los contornos de un nuevo paradigma económico, donde la innovación y la ética ya no serían antagónicas sino complementarias, según Oumma.