Con temperaturas que alcanzaron los 51,8°C, 1,8 millones de peregrinos, entre ellos muchos ancianos, completaron los rituales al aire libre del hayy, uno de los cinco pilares del Islam.
Las autoridades sauditas precisaron que el 83% de los 1.301 peregrinos fallecidos no tenían el permiso, pagado y concedido según cuotas, que les habría abierto las infraestructuras previstas para hacer más llevadera la peregrinación, en particular tiendas de campaña con aire acondicionado.
Los diplomáticos implicados en la gestión de la crisis informaron a la AFP que el calor era la principal causa de muertes.
Este elevado costo humano es un ejemplo de los estragos del calor en 2024, el año designado por el observatorio europeo Copérnico como el más caluroso jamás registrado.
Arabia Saudita aún no ha detallado sus preparativos para la peregrinación de este año, que tendrá lugar a principios de junio. Pero según Abderrezak Bouchama, del Centro de Investigación Médica Rey Abdullah, las autoridades "buscarán sobre todo reducir el riesgo relacionado con los peregrinos ilegales".
Asimismo se podrían considerar medidas como las "pulseras conectadas" para detectar el estrés por calor, pero probablemente no se implementarán antes de junio, añade este médico reanimador que trabaja con el gobierno saudita desde hace más de treinta años.
El hayy, una de las mayores reuniones religiosas del mundo, ya ha sido escenario de tragedias, como la de 2015, cuando una estampida durante el ritual de la “lapidación de Satán” dejó 2.300 víctimas.
Karim Elgendy, investigador asociado del grupo de expertos Chatham House, afirmó a la agencia AFP que "se va insistir sobre mejoras de infraestructura y medidas de gestión de multitudes”.
“A partir de este modelo, podemos esperar que las autoridades acerquen el hayy de 2025 con una infraestructura reforzada para gestionar el calor y, probablemente, controles de capacidad más estrictos”, afirma.
Aunque los peregrinos sin permiso corren el riesgo de ser arrestados y expulsados, la introducción de una visa de turista en 2019 facilitó el acceso de los extranjeros al hayy.
Cerrar las vías de acceso a La Meca está resultando "muy difícil", por lo que las autoridades sauditas deben "responder a las necesidades de los peregrinos registrados y no registrados", señala Umer Karim, experto en política saudita de la Universidad de Birmingham.
Antes de la tragedia del año pasado, Arabia Saudita, con su clima predominantemente desértico, ya había "tomado medidas extraordinarias para mitigar los efectos del calor", afirma el médico.
Alrededor de la Kaaba, los espacios climatizados ofrecen un respiro, y ahora está cubierto el recorrido de 400 metros entre los dos lugares de Safa y Marwa, uno de los rituales del hayy.
Desde 2023, los caminos utilizados por los peregrinos están cubiertos con un material blanco que reduce la temperatura del asfalto en un 20% mientras que nebulizadores, distribución de agua y sombrillas y espacios climatizados proporcionan a los fieles un frescor salvador.