"Dicen que el 80% de la ciudad de Sagaing ha quedado destruida, hay desastres por todas partes", los puentes se han desplomado o están inutilizables y "hay que usar barcas para vadear los ríos", lo que hace mucho más difícil las operaciones de socorro, cuenta a AsiaNews Yaung Ni Oo, operadora humanitaria birmana con base en Rangún pero originaria de Mandalay, poco más de 24 horas después del sismo que ha sacudido el Sudeste asiático.
"A la ciudad no llegan ayudas - prosigue - y muchos han preferido dormir a la intemperie o bajo los árboles, porque durante toda la noche continuaron las réplicas; hubo cientos, algunas muy fuertes, y la gente está asustada". Uno de los pocos aspectos positivos, añade, es "la solidaridad entre cristianos, budistas y musulmanes".
La situación es gravemente crítica. "Para complicar aún más la emergencia de una población ya muy probada - prosigue la operadora - los bombardeos del ejército birmano siguen golpeando y arrasando" sobre todo "en las zonas controladas por las milicias rebeldes".
El balance actualizado, pero todavía provisorio - debido entre otras cosas a las dificultades que enfrentan las operaciones de socorro - es de más de mil muertos y más de 2300 heridos; al menos 10 víctimas se registraron también en la vecina Tailandia, donde el sismo se ha sentido claramente hasta la capital, y ha dejado además 16 heridos y 101 desaparecidos. En su mayoría son obreros de tres obras en construcción que quedaron aplastados o atrapados entre los escombros, de los cuales ocho bajo un rascacielos en el distrito de Chatuchak; también se derrumbó un edificio del gobierno de 30 pisos, dijo el vicegobernador de Bangkok Tavida Kamolvej.
Una de las comunidades más afectadas por el sismo es la de los salesianos de Mandalay, ciudad donde numerosos rascacielos, pagodas, mezquitas e iglesias han quedado reducidos a escombros por la fuerza de los temblores. La capilla de San Juan Pablo II, por ejemplo, ha sufrido daños muy serios; se derrumbó la fachada y parte de las paredes, provocando heridas a dos fieles. En Anisakan, siempre en la región de Mandalay, donde hay numerosos edificios de los Salesianos de Don Bosco (SDB) y de las Hijas de María Auxiliadora (FMA), el terremoto ha causado daños estructurales generalizados.
El P. Edward Sein Myint, salesiano de Anisakan, cuenta a AsiaNews: "Hemos sufrido un duro golpe. Sobre todo en la ciudad de Mandalay; muchos rascacielos, pagodas, mezquitas e iglesias se han derrumbado ante los ojos estupefactos de los fieles. Para hacer esta triste imagen aún más lastimosa, el histórico puente Sagaing sobre el río Irrawaddy también ha perdido algunos tramos". Entre los han sufrido mayores daños se encuentran precisamente los salesianos de Don Bosco. "La fachada de la capilla de Juan Pablo II quedó destruida - afirma el religioso - y algunas partes cedieron y resultaron heridos dos fieles que estaban haciendo adoración. Agradecemos mucho las oraciones por nuestro pueblo en este momento de calamidad, cuando las ayudas humanitarias, la comunicación y los transportes resultan muy difíciles - concluye el P. Myint - debido a la crítica situación política".
"Muchos edificios - cuenta por teléfono Yaung Ni Oo - se derrumbaron con personas dentro, y no se las puede rescatar. Están excavando entre los escombros, cuentan las víctimas. Bajo un monasterio budista que quedó destruido en Sagaing hay al menos 80 muertos". Monasterios budistas, iglesias dañadas, pero sobre todo mezquitas, dentro de las cuales se registran cientos de víctimas. "Los fieles estaban dentro rezando - cuenta - en estos días del Ramadán, y el número de víctimas es enorme, porque los lugares de culto tienen graves deficiencias estructurales.
Hay al menos 70 lugares de culto musulmanes dañados, y ya hay más de 500 muertos, sobre todo en el área de Mandalay". Por lo que se refiere a las iglesias "muchas quedaron destruidas, pero no hubo víctimas".
En este momento es urgente la asistencia humanitaria, aunque las comunicaciones son dificultosas y la misma junta birmana no facilita las operaciones. "El obispo de Lakho - explica - está pidiendo ayuda, en el Estado Karenni diversos lugares de culto también han sufrido graves daños", según AsiaNews.
Existe finalmente un problema de naturaleza ambiental, porque hay diques que corren el riesgo de derrumbarse y otros están dañados. En Rangún "desde ayer no hay electricidad. En Sagaing y Kachin - afirma la operadora humanitaria - hay problemas críticos porque se han contaminado las aguas en las zonas ricas en minas o donde se están llevando a cabo operaciones de extracción de metales. El lodo y el agua contaminados podrían agravar el drama". En este contexto de absoluta emergencia, concluye, hay sin embargo "momentos de gran solidaridad entre los fieles de distintas religiones, budistas, cristianos y musulmanes".