La periodista palestina Islam Miqdad, de tan solo 29 años, murió el 6 de abril en un ataque aéreo israelí en Jan Yunis, al sur de Gaza. Su pequeño hijo, Adam, murió con ella. Ambos quedaron sepultados bajo los escombros de su casa y su tienda de campaña, ambos destruidos en otro ataque que se ha vuelto trágicamente habitual.
Islam murió con el corazón lleno de añoranza. Había pasado casi dos años esperando reunirse con su hija Zina, quien recibía tratamiento en Túnez tras sufrir una lesión cerebral que puso en peligro su vida en un bombardeo israelí anterior. Islam nunca tuvo la oportunidad de volver a abrazarla.
Unos días antes de ser asesinada, Islam grabó un vid o dónde decía:"Me llamo Islam. Tengo 29 años. Soy yo en la foto de perfil. Lo que más temo es que me mencionen como un número más en una lista de víctimas. No soy solo una chica. No soy solo un número. Me llevó 29 años convertirme en quien soy: tengo un hogar, hijos, una familia, amigos, recuerdos y un corazón lleno de dolor."
La madre de Islam habló entre lágrimas en un vídeo compartido en línea. Soñó durante casi dos años con ver a su hija. Hace apenas dos días, fue al médico para que le derivaran a un médico y poder viajar y volver a tenerla en brazos.
Islam fue desplazada más de una vez durante el genocidio. Soportó hambre, sed, enfermedad y miedo. Cargó a su hija superviviente, Sarah —quien también resultó herida en el mismo ataque que hirió a Zeina— por las calles bombardeadas, buscando refugio.
Tenía sueños. Quería ser una periodista reconocida. Quería criar a sus hijos en paz. Pero los misiles israelíes destrozaron esos sueños. Islam y Adam se han ido. Zeina y su padre permanecen fuera de Gaza, quizás sin saber que su familia ha sido destrozada una vez más, según informa Resumen Latinoamericano.