El terremoto de magnitud 6,2 que sacudió ayer miércoles la región del mar de Mármara, con epicentro ubicado a apenas 20 kilómetros del centro de Estambul no causó daños materiales en viviendas o infraestructuras, pero dejó un saldo de 236 personas atendidas por lesiones relacionadas con caídas y ataques de pánico.
El ministro de Salud, Kemal Memişoğlu, explicó a través de la red social X que todos los heridos fueron considerados “secundarios”, es decir, no provocados directamente por el terremoto sino por reacciones ante el movimiento telúrico. “No hay heridos primarios. Sí hay heridos secundarios entre quienes se cayeron, saltaron o tuvieron ataques de pánico”, precisó el funcionario. De los 236 casos reportados, la mayoría (173) se registraron en Estambul, mientras que el resto se distribuyó en las provincias vecinas de Tekirdag, Sakarya, Bursa y Yalova.
Aunque la gran mayoría de los afectados recibió el alta médica el mismo miércoles, 15 personas permanecían hospitalizadas pasada la medianoche, todas con pronóstico favorable.
Las réplicas continuaron durante la noche, con al menos tres movimientos que superaron la magnitud 4, lo que generó inquietud entre los residentes de las zonas más cercanas al epicentro, ubicado a 6,9 kilómetros de profundidad en la peligrosa falla del mar de Mármara.
Como medida preventiva, las autoridades decretaron la suspensión de clases en Estambul hasta el viernes, mientras que en Tekirdag se ordenó un día de descanso para estudiantes y empleados públicos este jueves. Estas decisiones reflejan la extrema sensibilidad en la región tras los devastadores terremotos de febrero de 2023, que dejaron más de 50,000 muertos en el sur de Turquía, según Telesur.